La historia del abanico es tan larga como la Humanidad. En China lo utilizaban tanto el hombre como la mujer. En aquella civilización refinada, llevar el estuche del abanico en la mano denotaba autoridad. En las visitas lo llevaban consigo, y solían escribir en él ideas y pensamientos. Y los japoneses se servían de él para saludar, y para colocar sobre los abanicos los regalos que ofrecían a sus amistades. No había mejor premio para un alumno disciplinado, ni se podía acudir sin él a bailes o espectáculos. La mujer oriental se sentía desnuda sin el concurso de su abanico. Incluso los condenados a muerte recibían uno en el momento de salir hacia el patíbulo.


complemento, muy poco utilizado y podrá ser el regalo perfecto al que puedes otorgarle protagonismo ofreciendolo como detalle a los invitados de tu boda.
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